He aquí algunas impresiones sobre mi experiencia en esta tercera etapa de Sungazing y la expectativa de llegar a los 45 minutos. Para empezar debo decir que desde el inicio de esta etapa me sentí como en las nubes, flotando. Como si hubiera atravesado un portal, dándome una sensación de levedad. La sensación es como haber escuchado música fuerte durante mucho tiempo, y de repente... el silencio...
A los 30’:40” casi me desmayo mirando al sol, me tuve que ir a acostar y al hacerlo me sentí mejor. Luego continué con la práctica. Al terminarla me sentí muchísimo mejor. Mi ser superior me indicó que esta sería una etapa bastante intensa en cuanto a transmutación de energías. Comprendo que sólo se trató de eso, mucha intensidad. Pero como siempre todo lo que se presenta es porque estamos preparados para ello.
Ya no tengo ansiedad por nada. Si en la etapa anterior quería avanzar rápido en esta todo lo contrario. No me inquietó ir lento. En esta fase también comencé a mirar el reflejo del sol en el agua porque sentí que eso también resonaba conmigo. He liberado muchos, muchos, muuuuuuuuchos miedos. Ha sido también un tiempo de toma de decisiones importantes.
En cuanto a la comida, reconozco que como menos y he dejado de lado muchas comidas. Algunos alimentos me he enterado que en realidad hacen mal, como los lácteos, de los cuales sólo, por ahora, como queso por Salut Light y a veces helado de crema. Y que cuando cocinamos los alimentos se pierden la mayoría de los nutrientes que se les acreditan. Por lo que he incursionado bastante en el crudivorismo (Una experiencia interesante). He reducido el consumo de sal (cuando compro trato de elegir alimentos sin sal o con bajo contenido), hace muchos años reemplacé el azúcar por la miel, sin embargo ahora ya la he dejado de lado (aclaro que a veces como alimentos preparados con azúcar pero no tolero los que son demasiado dulces, por ejemplo las mermeladas, que están fuera de mi vida). Dejo en evidencia que cuanto más sal y azúcar uno ingiere más necesita esas cantidades. Como mucha fruta y en esta etapa he tomado mucha agua intencionada con luz (no solarizada) como indica Masaru Emoto. Durante toda la etapa he sufrido leves dolores de estómago por no hacer caso de mi cuerpo cuando me dice que pare de comer. Adelgacé y volví a comer para recuperar el peso perdido (debido al crudivorismo. Me sentí ¡excelente! pero estaba demasiado flaca para mi gusto). Estoy buscando el equilibrio. En esta búsqueda siempre el lema es comer todo lo que tenga ganas de comer, no privarme de nada. Eso sí siempre escuchando al cuerpo, ¡ya aprendíííí!, y a mi ser superior. También he notado que a pesar de mis idas y venidas experimentando alimentos y redescubriendo sabores, en ningún momento he tendido falta de nutrientes ni desequilibrios relacionados a ello, solo tuve que aprender a escuchar a mi cuerpo.
En cuanto a bebidas sólo tomo agua, té y a veces algún jugo natural o leche vegetal casera (las compradas tienen mucho azúcar para mi gusto). Me sorprende lo mucho que disfruto de tomar agua (siempre intenciono todo con luz o luz y amor, incluso a los alimentos).
Aunque parezca raro, a partir de los 39 minutos se me empezó a hacer pesada la práctica luego de estar mirando 30 minutos, muchas veces terminaba sentada, mucho cansancio de piernas. Sin embargo seguí adelante.
Ya en los 43 minutos recordé por qué estaba haciendo el sungazing y no era para alimentarme del sol, porque en realidad yo apunto a alimentarme de la luz (como Jasmuheen pero sin la tortura de los 21 días). Esta experiencia de sungazing ha sido hermosa, ha hecho surgir en mí inmensos beneficios en todos los niveles. Efectivamente me ha ayudado a liberarme y equilibrarme, desapegarme de muchas cosas y personas (eso da una paz indescriptible), a amarme más y a aumentar mi conciencia de una forma bellísima y maravillosa. Medito todos los días, algo que no creí posible, y me resulta tan necesario como comer, respirar, ser.
En cuanto a mi ciclo menstrual puedo decir que de tres días de flujo se ha reducido a uno, no más las super-absorbentes toallas nocturnas. Y los dolores premenstruales han desaparecido. Sólo se presenta una sensación de que algo pasa, como pa avisar ¡vió!
Todo ha sido alegría y felicidad en aumento ¡Cuanto me alegra haber pasado por esta experiencia! Hoy estoy en la etapa final de mirar durante un año al sol 15 minutos. No hice cuenta regresiva, al llegar a los 45’ luego continué con 15’. Ya voy por el día 37. He decidido no mirar más el reflejo sino directamente y disfrutar al máximo esta última etapa del precioso y amoroso sungazing. Como siempre todo se trata del camino, no de la meta. Estoy tan feliz y llena de amor... sin embargo sé que lo que siento y veo es sólo la punta del iceberg. (Desde el comienzo de mi práctica he llevado un diario detallado de mi experiencia, día a día, que en algún momento, cuando termine la etapa de 1 año, daré a difusión).
Besos de luz y amor para todos. Namaste.
Alejandra Galli.