MIS PRIMEROS 15 MINUTOS DE SUN GAZING

Han sucedido tantas cosas en esta etapa que no dejan de sorprenderme y maravillarme. Trataré de sintetizar un poco.
Primero debo decir que me llevó cinco meses, por cuestiones del clima y de trabajo. También 10 días no realicé la práctica porque me fui de vacaciones a la sierra y no quise atarme a horarios.
Al comienzo de la práctica estuve un poco tensa y ansiosa, quizás por la novedad, pero luego comencé a disfrutarlo. En ese momento hacía yoga casi a diario. Luego me di cuenta de que no lo necesitaba. Cuando leí que Hira (Ratan Manek) no hacía yoga me extrañó. Él dijo que no lo necesitaba porque hacía el yoga solar. En ese momento no lo entendí, aunque ahora sí lo comprendo. Es como si hubiera finalizado una etapa. La etapa del yoga físico.
Yo creía que tenía bastante claridad mental. Ahora me doy cuenta de que mi mente está más clara y abierta, y que aún hay más luz por entrar.
Otra de las cuestiones es a quién uno le cuenta lo que está haciendo. Me sorprendió que algunas personas que creí que lo entenderían se asustaron y me enviaron un poco de negatividad, algo que no me permití recibir. Las que creí que no entenderían les pareció algo muy interesante.. En un comienzo pensé no decir nada a los amigos, ahora no lo ando divulgando a los cuatro vientos pero si se da la situación “El que quiere oír que oiga”.
Nunca fui de tomar grandes cantidades de agua y decidí no comenzar ahora. Es algo que no me hace sentir bien, siento que es como una antigua obligación. Además también siento que va contra mi naturaleza, mi esencia. Entonces ¿Por qué hacerlo?
Aprendí a conectarme muy fuertemente con mi Yo Soy, algo que antes no me pasaba. Ella (porque la veo como mujer) me dice todo lo que necesito saber. Ya no siento la imperiosa necesidad de leer libros y canalizaciones de otras personas. Apenas leo algunas de vez en cuando. Es que ahora puedo canalizar a mi Yo Soy mejor que nunca, ella me dice todo lo que necesito saber.
También me he dado cuenta de que hay muchas técnicas que aprendí (soy terapeuta transpersonal) que ya no necesito.
No les puedo explicar lo que sentí cuando llegué a los 11’. Para los que conocen de numerología saben que es un número maestro, y fue esa misma energía maestra la me bañó y traspasó por completo. Me dibujó una sonrisa que fue imposible de modificar durante varias horas. A partir de allí comencé a tener más alegría, y la dicha en mí es constante.
También experimenté la sensación de pérdida de los límites del cuerpo. Como si la piel hubiese desaparecido. No recuerdo donde lo leí pero fue como ser un balde en el agua. Contiene el agua pero esta no deja de fuir. La unicidad es una sensación deliciosa.
Ahora ya voy por los 17:40, esta etapa que es la de la liberación física ha comenzado muy fuerte. Comenzaron a surgir viejas dolencias y malestares que ya había desechado de mi vida, o por lo menos eso creía yo. Pero estoy tranquila, ya que sé de qué se trata todo. Solo las tengo que dejar ir y mantenerme en mi centro. Después de todo sólo es energía, y a la energía nada le gusta más que moverse y fuir.
Esto sólo es algo de lo que viví y estoy viviendo. Los dejo por ahora enviándoles una lluvia de LUZAMOR que los acaricie y bañe sus vidas.
Alejandra Galli